Guía a tu equipo a encontrar el camino hacia el Alto Rendimiento
El impacto de una mala gestión del tiempo en la productividad
Cuando un equipo falla en la gestión estratégica del tiempo, no prioriza de forma eficaz, se acostumbra a reuniones interminables y comunica de manera ineficiente… no hay milagros: el resultado es una productividad mucho menor, costes elevados y un ambiente de trabajo desgastante.
Gestionar mal el tiempo tiene un precio muy alto: el 91 % de los colaboradores afirma que una buena gestión del tiempo reduciría su nivel de estrés, pero solo un 12 % ha adoptado sistemas formales para organizarlo.
El 91 % de los colaboradores afirma que una buena gestión del tiempo reduciría su nivel de estrés, pero solo un 12 % ha adoptado sistemas formales para organizarlo.
Crear sistemas formales de gestión del tiempo
Diseñar hábitos de productividad empieza por “señalar la herida” y promover nuevas formas de trabajar. Las empresas pueden establecer reglas del juego, es decir, crear sistemas formales de gestión del tiempo que ayuden a implementar hábitos más eficaces tanto a nivel organizacional como individual.
Algunos ejemplos de buenas prácticas son:
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Establecer políticas claras sobre la duración de las reuniones y asignar en cada una un responsable (“owner”) que recoja ideas, registre decisiones, asigne responsabilidades y defina los próximos pasos.
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Integrar herramientas de priorización como tableros Kanban digitales (Trello, Asana, MS Planner) u OKRs para alinear tareas con el propósito estratégico.
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Definir horarios específicos para responder emails o mensajes, evitando la cultura del “siempre conectado”.
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Reservar en el calendario bloques de trabajo profundo (deep work) sin interrupciones, y cumplirlos como norma.
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Ofrecer workshops prácticos de productividad, foco y hábitos digitales para entrenar nuevas competencias.
Establecer políticas claras sobre la duración de las reuniones y asignar un responsable que registre ideas, decisiones, tareas y próximos pasos.
Cambiar los malos hábitos desde el liderazgo
La responsabilidad de mejorar la productividad no recae solo en los equipos. Desde la perspectiva del liderazgo, existen múltiples bloqueadores de rendimiento que deben abordarse:
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Comunicación ineficaz que ralentiza la ejecución.
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Dificultades para delegar y distribuir responsabilidades.
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Equipos con roles poco definidos o redundantes, que duplican esfuerzos y generan fallos estructurales.
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Líderes que no predican con el ejemplo: mala gestión de su propio tiempo, incumplimiento de plazos o falta de respeto hacia el tiempo de sus colaboradores.
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Convocar a reuniones innecesarias o mal planificadas que restan valor al trabajo estratégico.
Entrenar equipos eficaces: foco, claridad y cooperación inteligente
Necesitamos equipos capaces de trabajar con estrategia, foco y cooperación inteligente. Para lograrlo, es fundamental entrenar nuevas competencias que permitan a los profesionales gestionar mejor su tiempo, priorizar lo importante y colaborar de manera más eficaz.
En este camino, los líderes tienen un papel esencial: deben actuar como referentes positivos, impulsar la creación de sistemas formales de organización y garantizar que la productividad se convierta en un valor cultural de la empresa.
El Alto Rendimiento como ventaja competitiva sostenible
Al apostar por la formación en gestión del tiempo y productividad laboral, las organizaciones no solo reducen el estrés y los costes asociados a la ineficiencia, sino que también crean entornos más motivadores y sostenibles. El Alto Rendimiento no se alcanza con soluciones puntuales, sino con la combinación de buenos hábitos, liderazgo consciente y herramientas adecuadas.
En definitiva, ayudar a los equipos a encontrar el camino hacia el Alto Rendimiento significa dotarlos de la capacidad de mejorar su rendimiento laboral día a día, generar valor a largo plazo y fortalecer la competitividad de la organización. La transformación empieza con pequeños cambios que, bien implantados, multiplican el impacto colectivo.
Por Nuno Jorge, Head of Sales – Formación y Consultoría, Abilways Portugal y Abilways España
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